lunes

Extrañezas de un tiempo extrañamente familiar


Desterrando viejas inquietudes
al reino de los olvidos elegidos
y erigiendo montículos de piedra
en memoria de momentos ya idos,
paso todas las jornadas escuchando
viejas canciones que ya no escuchaba
y viendo la posibilidad de rememorar
lugares ya lejanos que solía visitar.
Viejos repertorios de películas y series,
de figuras escondidas en la sombra
que acechan lo poco que queda de mi.
Sonoridades de lejanas melodías a medias
con la partitura equivocada una vez mas,
dan el marco a la obra de lo que fue mi vida
en medio de tanta gente que me es extraña
y en el furor pasajero ante lo desconocido.
Remansos de dolor y de recuerdos placenteros
en ríos oscuros matizados de angustia y dolor.
Viejas deidades hambrientas que reclaman 
una porción de mi alma podrida y recalentada
para poder saciar sus ancestrales apetitos
mientras el espectáculo continua su marcha
y los participantes son fusilados por el espectador.
Ahuecadas manos que aplauden con éxtasis
las nuevas maravillas de la técnica a color
y colores ocres son la señal de partida
para aquellos que se refugian en la ficción de dios
y de sus santas hazañas que nunca nadie vio.
En donde terminan las palabras y empiezo yo.

Recuerdos incómodos y cuentas de teléfono impagas

Elementos perdidos y desperdigados
forman parte de lo que fui alguna vez.
Tratando de rememorar viejas formulas
para no perder mi momento presente
y poderlo disfrutar como me parece debido
fue que me eche a andar por nuevas calles
y sin olvidar las que recorrí tantos años,
me permití ciertas amnesias selectivas
y ciertos recuerdos a medias soñados
en las viejas noches solitarias y grises.
Estaba construyendo con los escombros
de quien creía que podía ser alguna vez
cuando me derrumbe y me volví a caer.
Formando una identidad rota e incierta
sobre las bases de quien nunca quise ser.
Cigarrillos levantados de las veredas
y alcohol pagado por anda a saber quien
cuando dormía en calles ajenas a mi sentir
y despertaba con una resaca para tres.
Amontonamientos de cosas inútiles
de exigencias propias y también ajenas
acerca de la persona que se suponía debía ser.
Pasos agigantados hacia una sensación opresiva
de no saber ni siquiera yo quien era o quería ser.
Dando vueltas en una plaza donde el sol no salia
y dejando la vida en una terraza baldía.
Ese fui yo, ese fue el que alguna vez supe ser.

Escasos motivos para escribir, suficientes para no dejar la pagina en blanco

Recolector incansable de almas en pena,
alimentándose de la pena de los suicidas
y viviendo su vida como un irreal sueño
mientras le canta unas serenatas al olvido
y ajusta los lentes que le quedan anticuados
para decir aquello que nadie quiere saber.
Viajero infatigable de las aguas arenosas
y de vientos cálidos que hacen sus delicias.
Retratado en sus mejores y triunfantes poses
cuando el alimento esta disponible y abundante
mientras la duda no le carcome la mente
y el sabor de la carne pútrida llena su ambición.
El sabor de una muerte reciente llena su paladar
de sensaciones difíciles de poder explicar
a menos que se tenga el estomago necesario
para poder aguantar una dieta tan particular.
Sus peregrinaciones siempre son recompensadas
en un mundo de tanto dolor y tan escasa dicha,
donde la soledad es la moneda mas fuerte
y el amor y la amistad a diario se marchitan.
Mas el no es enemigo de este mundo tal como es
ya que del mismo forma parte y el mundo vive en el.