lunes

Mi relacion esquiva con el mundo y la certeza de mi caducidad al final.

La pena se apodera de mi ser lentamente,
y una nueva herida se abre todos los días.
La sangre brota de mis dolores y se alimenta
de la poca carne que queda en mis huesos,
la lucha por sobrevivir a mis propias armas
se da en un contexto en el que no tengo espacio
y donde soy la pieza que no encaja en la máquina.
Errabundo de noches prohibidas a los mortales
y relicario de viejas historias sin moralejas baratas,
me doy a la fuga hacia mi mundo interior
y aguardo a que la cruel tempestad amaine.
Saco fuerzas de mi agostado cuerpo y finjo
que la sonrisa me sale mas natural de lo que es,
que las dagas en mi espalda no son tan filosas.
Al fin y al cabo yo mismo puedo ser un arma
que sin miramientos corte en pedazos todo,
reduciendo el mundo a un puñado de cenizas
en medio de gritos de dolor y estertores de agonía.
La muerte alada pasa junto a mi y me susurra
que el momento de encontrarnos esta en mi futuro
y que solo me queda esperarlo con paciencia
mientras simulo no estar para nada enterado,
que la cuenta regresiva que rige nuestra existencia
solo espera una buena excusa para hacerse carne.