miércoles

No viaje que se atraviesa ciertas noches de insidiosa sed alcoholica


La noche se alarga sobre mi cabeza,
fantasmas a la vuelta de la esquina,
tercia el asfalto de una madrugada,
casas iguales en barrios repetidos.
Un sordo dolor en la zona del pecho,
una dificultad que me impide seguir
como si mi respiración se dificultara.
Trato de dormir a pesar del insomnio
y me despido de otro frío invierno
bebiendo la amarga copa de olvidos
que inadvertidamente me deja solo
esperando un milagro que no llegará.
En el conocimiento de mi no existir,
solo en una parada desierta de colectivo.
Un viaje que no quisiera tener que hacer,
un boleto que no tiene destino escrito.
Calles adoquinadas de dolor y muerte,
baches de colores alegres en la cinta gris,
con el vaho de malos recuerdos perdidos,
olor a aceite de motor y basuras tiradas
en una plaza a oscuras en medio de la noche.
Trato de pensar en lo que tengo que hacer,
mas mi mente se obstina en emblanquecer,
el viaje se termina y nadie sabe donde voy.
Un día más en la vía de escape a ningún lado,
una muerte más en vida en estos días aciagos.