domingo

Una pregunta que no puedo responder y una despedida que no pude hacer en persona. (VDB)


Se va el tiempo y mi vida sigue su curso,
el viento sopla agradable en mi cara
y mientras tanto contemplo silencioso
cómo transcurre otra tarde más.
Definitivamente ya no quedan esperanzas
de hacer revivir esas ilusiones marchitas,
no tengo nada más que decir sobre eso.
Mis ojos ya no buscan esa mirada cómplice
ni mis oídos se extrañan de no tener el ruido de tus pasos,
a pesar de todo es una decisión muy difícil de tomar,
es algo que no se puede cambiar pero necesario.
Quiero decir tantas cosas antes de dejarte ir para siempre,
quiero hacerte saber que por casualidad entraste,
de una manera inesperada en un rincón importante de mí,
que aún al día de hoy sos un antes y después.
Tu amistad fue un aliciente para un corazón solitario,
en un momento difícil para quien acababa de llegar
a un lugar en ese tiempo extraño para mí.
No espero ya que vuelvas a hablarme ya nunca más,
y escribo estas pocas palabras a modo de despedida 
y para darte mis mejores deseos.
Si nos cruzamos por casualidad,
haré de cuenta que no te conozco,
más no cómo un gesto de hostilidad o desprecio,
sino por el respeto y cariño que siempre guardaré 
hacia alguien importante en mi vida.