martes

Curiosidades que hacen a la rutina mas agradable

Toparme con la incomoda certidumbre
de que cuando aparezcas frente a mi
voy a perder el eje de mis pensamientos
y el pánico me va a apresar lentamente.
Saber de antemano que irremisiblemente
voy a perder el hilo de lo que debería decir
y quedar anonadado por perderme siempre
en las sinuosidades de esa mirada única.
Ese par de ojos impenetrables que siempre
logran que pierda una y otra vez el libreto
del dialogo que ensayo a solas en casa
con el que pienso arrebatarte un momento
de esos que quedan en la casi eterna
retina del recuerdo evocado con nostalgia
y deba improvisar una melodía de la nada
para no quedarme completamente mudo
cada vez que llega el momento de enfrentarme
a ese cumulo de sensaciones que tu presencia
dispara sobre mi indefensa persona y me hace
tropezar y caer pero de una manera casi agradable.
Logras darle un matiz de lugar entrañable
al ámbito en el que pasamos tanto tiempo
en una convivencia mitad obligatoria tal vez, 
pero que al tratarse de tu persona tiene
no poco de un matiz de placer oculto y vivaz
que hacen que el entusiasmo digno de la causa
mas noble por la que peleo o podría pelear
sea comparable al hecho de saber que por hoy
cuando cruce el umbral de aquellas magnas puertas
hay posibilidades ciertas de que te vuelva a encontrar