jueves

Deseos de cosas poco probables o imposibles


Oscuras noches y sueños de martirio,
un guiño cómplice y un pie en el abismo
son la receta perfecta para caer sin ruido.
Aciagas horas andando a ciegas otra vez
y un mundo que colapsa en su estupidez
mientras arden soles quiméricos y alejados.
Se desmoronan las viejas estructuras
y cae el tinglado de lo convencional por fin,
mientras voy cantando una alegre canción
al son de las roturas del mundo heredado.
Tiempos oscuros y pocas ilusiones sobreviven
cuando el hielo cortante de un adiós las toca,
la paciencia y la tenacidad me hacen falta
cada vez que me acuerdo que ya no estas mas.
Las dudas carcomen mi cabeza y me duele mas
saber que el olvido es mas sencillo desde allá,
que simplemente desaparecí y ya no me buscan mas.
Un frío invernal que se apodera de mi cuerpo
y en las miradas al mundo las tiñe mi desconcierto,
mientras camino nuevamente mas y mas lento
buscando un refugio solitario donde poder renacer.
Me perdí en el trayecto y me debo encontrar
antes de que pase mas tiempo de solitario vagar,
de un sentir pasado en el tiempo fuera de lo real,
fuera de las cosas del mundo que fingimos mirar.
Me perdí tantas veces y aun no me puedo encontrar,
suma de torpezas combinadas con un mal estar
que corroe mi cuerpo por dentro y lo erosiona
de una manera lenta pero persistente y constante.
El sueño tarda en venir y se va rápidamente,
mis parpados me pesan pero no logro dormirme
y la sinfonía de mis pensamientos es discordante
con las armonías de la gente que me rodea a diario.
Extrañar es un ejercicio totalmente inútil y dañino
que solo trae dolor aparejado del clásico insomnio,
Por una vez quisiera poder probar la pastilla del olvido.