domingo

Selección de reflexiones en un momento de quietud obligada

Los días y noches se suceden aleatoriamente.
Mi cabeza está presa de la confusión
e intento mantener el equilibrio
entre fuerzas antagónicas que intentan devorarme.
Intento mantener el buen humor
pero francamente cada vez es más difícil.
Entiendo cada vez menos el porque de tanta desidia
y afronto en solitario la pena de estar sólo 
a pesar de estar rodeado todo el tiempo de gente.
Derrota humillante de mi estado de ánimo
desde que la persona a la que más quiero
decidió alejarse definitivamente de mí.
Estando y compartiendo ausencias selectivas al por mayor
mientras mi corazón dolido sangra
y las esperanzas van desapareciendo.
Algún día volveré por los caminos conocidos
y andaré nuevamente por mi barrio
pero me desgarra el alma saber
que a pesar de poder volver allá,
no va a haber quien espere por mí,
nadie a quien contarle mis andanzas desde la última vez,
mis recuerdos, deseos y temores que tiñen mis noches
y, por sobre todas las cosas,
alguien que extrañe mi compañía.
Volveré pero la magia que animaba mis días
ya habrá muerto hace mucho tiempo.
Volveré a caminar por mis veredas queridas,
pero ya no habrá pasos que acompañen mi andar. 
Volveré a ser el mismo pero sin la magia que me animó
cuando el mundo era joven y lleno de promesas por cumplirse.