domingo

Acerca de Olvidos y otros asuntos intrascendentes


Corre el viento frío en una noche sin luna,
los últimos restos del verano son barridos
por un viento otoñal que hiela las almas
y los días del estío quedan en el olvido.
Las esperanzas se marchitan en mi corazón
y quedan a merced de las inclemencias
de un invierno que se aproxima inexorable
derrumbando implacable el colorido.
Una nueva primavera que se va en silencio
como quien pasó por la vida intrascendente,
cuyo recuerdo se apaga con su ultimo aliento.
El azote del tiempo se hace sentir nuevamente,
una vida de pocos aciertos y muchos errores.
Veintiocho inviernos van a pasar frente a mi
como si nada mas importara en realidad,
como si el reloj de arena que nos rige
no fuera mas que una baratija de curiosidad,
una nube tormentosa sobre el futuro incierto
que dura el instante que tardamos en despertar,
instante que puede durar toda nuestra vida
o fundirse con lo inmortal en un segundo.
El camino no esta trazado con claridad,
doy pasos a ciegas en un laberinto intrincado,
no hay posibilidad de volver atrás o quedarme.
Fotos de personas que pasaron y ya no están
marcan los contornos de un camino difícil,
un camino que nadie me dijo tenga que seguir
y que por otra parte nos invita con su misterio.
El aire es frío y afilado como una navaja,
los pasos despiertan un eco lejano de cosas
que cayeron en la negrura de la desmemoria.
como atravesados por un velo que todo cubre
y finalmente hasta el recuerdo desaparece.