domingo

Indiferencias que esconden temores

Cuando la apatía se hace dueña de mis actos,
cuando el dolor me empieza a ser indiferente
y los pasos que doy son una repetición gris
de todos los pasos que di ayer y mucho antes.
Estado mental apagado y las ilusiones bien lejos,
ojos ciegos frente a las cosas que suceden
y unas manos que ya no sostienen nada de valor.
Un corazón que empieza a latir mas lento
y una voz que cada vez tiene menos para decir,
callado asisto al colapso de todo lo que amaba
y mientras navego por estas aguas oscuras
la luna se cierne en un cielo sin estrellas.
Un dolor que atenaza todo mi cuerpo herido
y una tristeza que se apodera de mis recuerdos
mientras trato de sanarme de los golpes recibidos
y buscar una forma de poder salir adelante.
Mis cansadas piernas intentan dar otro paso mas,
y mis fatigados brazos buscan de que aferrarse
cuando la soledad golpea mi cara en la oscuridad,
trayéndome memorias que avivan mis dolores
y carcomen la piel herida que clama por alivio.
Me aburro fácilmente con toda clase de grupos,
aunque contradictoriamente me asusta estar solo.
Salgo a caminar por veredas solitarias y oscuras
para no tener que enfrentarme a mis temores,
para no poner a flor de piel mis inseguridades
y para no tener que experimentar el temor
de que la gente que quiero se termine alejando.