miércoles

No viaje que se atraviesa ciertas noches de insidiosa sed alcoholica


La noche se alarga sobre mi cabeza,
fantasmas a la vuelta de la esquina,
tercia el asfalto de una madrugada,
casas iguales en barrios repetidos.
Un sordo dolor en la zona del pecho,
una dificultad que me impide seguir
como si mi respiración se dificultara.
Trato de dormir a pesar del insomnio
y me despido de otro frío invierno
bebiendo la amarga copa de olvidos
que inadvertidamente me deja solo
esperando un milagro que no llegará.
En el conocimiento de mi no existir,
solo en una parada desierta de colectivo.
Un viaje que no quisiera tener que hacer,
un boleto que no tiene destino escrito.
Calles adoquinadas de dolor y muerte,
baches de colores alegres en la cinta gris,
con el vaho de malos recuerdos perdidos,
olor a aceite de motor y basuras tiradas
en una plaza a oscuras en medio de la noche.
Trato de pensar en lo que tengo que hacer,
mas mi mente se obstina en emblanquecer,
el viaje se termina y nadie sabe donde voy.
Un día más en la vía de escape a ningún lado,
una muerte más en vida en estos días aciagos.

lunes

La empresa del olvido y regularidades fiscales


El sueño se terminó y las ilusiones se fueron,
la cruda realidad me despertó nuevamente
con la certeza de continuar mi solitario andar.
Calles silenciosas y canciones llenas de nostalgia
en una maratón de lagrimas desperdiciadas
y las imágenes de la decadencia de una herida
en un corazón que no había terminado de sanar.
Las cosas se salieron de control una vez más,
bajé la guardia por un segundo y me volví a enamorar,
probé el sabor de los labios de alguien más,
y la dicha de caminar junto a alguien a quien amar
y poder decir esas cosas que nunca me animo a decir.
La madrugada cruel me recuerda que eso no vuelve,
que solo me quedan los recuerdos y la apatía,
el insomnio y las lagrimas de mis ojos lastimados,
la rabia contenida y las palabras que no pude decir,
la frustración de saber que otra vez voy a transitar
la larga y agónica ruta del eterno y difícil olvido.
Cierro los ojos, pienso tu nombre por ultima vez,
beso tu frente mentalmente y te dedico mi olvido.

sábado

Inciertas tardes del oeste


Las horas del día se escapan ante mi,
corren como las presas temerosas
que huyen de un implacable cazador.
Horas iguales y días iguales en mi mente,
como gotas de agua que caen continuamente.
Los pájaros pasan volando y no se detienen,
ruidos cotidianos de coches y de la gente,
el sol se esconde y da paso a la incertidumbre.
Camino despacio y mido mis pasos cansados,
la noche se acerca y con ella crece mi miedo.
No tuve nada que perder ni que extrañar
pero esta noche puede cambiarlo todo.
Cruzo los dedos y me miro en el espejo,
un reflejo empañado que no oculta mi temor,
recuerdos de canciones y de botellas vacías,
el amor golpeo a la puerta y golpeo mis costillas,
fumo un cigarrillo inquieto y me imagino tu cara,
esa cara que se grabo en mi mente de una sola vez.
Espero que las cosas salgan bien también por hoy.

Artesanías y música fúnebre


Mi cabeza esta a punto de explotar,
la noche se va y el sueño no viene,
deseo tener un momento feliz otra vez.
Miro la noche ennegrecida y oscura
que se mete en mi habitación vacía,
susurro el nombre que me desvela
y como un talismán contra las pálidas.
Recorro las mesas y los pasillos fríos,
guardo una entrada y un billete gastado
en el bolsillo de mi campera gastada,
suspiro y miento diciendo que estoy bien.
Una lagrima se desliza furtiva y sin querer,
botellas vacías y restos de comida por doquier,
mi teléfono no suena esta noche solitaria.
Como me gustaría poderte ver esta vez,
alcancías vacías y sueños rotos en la pared,
una palidez macabra en mi dolida piel,
ojos que se cansan de mirar el vacío que ves.
Cierro los ojos y trato de poder dormir,
doy vueltas y no paro de pensar en lo mismo.
Si no vale la pena la vida que se acabe ya mismo,
que si todos los perros van al cielo de los perros
que me digan como encontrar el camino
y si no me mata un rayo, me mato yo mismo.

Insomnio violento


Madrugadas de insomne peregrinación,
miro por la ventana y la fría luz de la luna
invade todos los rincones de mi cansancio.
Trato de buscar alguna forma de aliviarme,
miro los restos de un corazón que fue mio,
mas no me entristezco sino que canto.
Como un loco enfurecido salto y doy vueltas,
me río con fuerza de mi propia destreza,
dando vueltas y haciendo mas piruetas.
La noche es joven y no hay tristeza en mi,
una loca y enceguecida alegría busca salir.
La alegría irónica de que nada importa ya,
de que nada vale la pena en ningún lugar,
ni amores ni odios por los cuales luchar.
El vino esta servido y amargo es su sabor,
voy a apurar la copa de una vez para siempre,
no quiero que vean mis lagrimas al caer.
Tiro mi futuro a la suerte y espero no verte mas,
no quiero caerme del cielo aunque no me caes mal,
dije que no lloraría aunque voy a llorar igual,
dejare que me beses la frente antes que te vayas.

jueves

Frio


Alerta insomne en las solitarias noches
en las que el pasado se pasea frente a mi
con los destellos de falsos recuerdos
con una estela de hipocresía creciente.
Un sabor amargo que invade mis sentidos
y una pena que arrastra en mi su existir,
saladas lagrimas que rodaron una vez mas,
los otoñales señoríos de una tristeza sin fin
allá y mas allá de toda posibilidad de encontrar
un motivo y una razón para vivir un día mas.
Una mezcla de remordimientos y resaca
por afrontar un nuevo despertar vacío y gris,
cuento los días que pasaron y los que vendrán.
Caras iguales y manos vacías que se estrechan,
saludos cordiales y palabras huecas al pasar.
Es hora de destruirlo todo de una buena vez,
escapar de la niebla que oculta nuestra desnudez
y nos hace sentir indefensos y solitarios 
como hojas arrastradas por una cruel tempestad.
Lejos de una vía para escapar y sin atisbo de voluntad
dejo escapar un suspiro que el invierno se llevará,
no hay posibilidad de huir del frío y no la habrá.

martes

Soy feo y feliz


Las sonrisas falsas de una estúpida alegría
que invade las vidrieras de las galerías,
todos cortados iguales por una sola mano
que los hace perfectamente bellos y felices
en un mar de desdichados desarrapados.
Romper los cristales de tu mediocre modelo.
arrasar las pautas opresivas y violentas
de una sociedad basada en la publicidad.
Mujeres y hombres vomitados por el sistema,
un suicidio cotidiano de nuestra identidad
en el marco de una regulación legal de la burla.
Espejismos de colores asqueadores y falsos,
una nueva religión para unos pocos privilegiados.
Saquemos de las catacumbas la reivindicación
de nuestro sagrado derecho a poder ser feos,
la imperiosa necesidad de mostrarnos feos y felices.
Una dictadura de dentaduras blancas y sin defectos
combatida por mis dientes amarillos y muelas ausentes.
Arriba parias de la tierra, que no aplasten la fealdad.

domingo

Acerca de Olvidos y otros asuntos intrascendentes


Corre el viento frío en una noche sin luna,
los últimos restos del verano son barridos
por un viento otoñal que hiela las almas
y los días del estío quedan en el olvido.
Las esperanzas se marchitan en mi corazón
y quedan a merced de las inclemencias
de un invierno que se aproxima inexorable
derrumbando implacable el colorido.
Una nueva primavera que se va en silencio
como quien pasó por la vida intrascendente,
cuyo recuerdo se apaga con su ultimo aliento.
El azote del tiempo se hace sentir nuevamente,
una vida de pocos aciertos y muchos errores.
Veintiocho inviernos van a pasar frente a mi
como si nada mas importara en realidad,
como si el reloj de arena que nos rige
no fuera mas que una baratija de curiosidad,
una nube tormentosa sobre el futuro incierto
que dura el instante que tardamos en despertar,
instante que puede durar toda nuestra vida
o fundirse con lo inmortal en un segundo.
El camino no esta trazado con claridad,
doy pasos a ciegas en un laberinto intrincado,
no hay posibilidad de volver atrás o quedarme.
Fotos de personas que pasaron y ya no están
marcan los contornos de un camino difícil,
un camino que nadie me dijo tenga que seguir
y que por otra parte nos invita con su misterio.
El aire es frío y afilado como una navaja,
los pasos despiertan un eco lejano de cosas
que cayeron en la negrura de la desmemoria.
como atravesados por un velo que todo cubre
y finalmente hasta el recuerdo desaparece.

Algo en el Agua


Mórbidos sueños inquietan mi noche
y transito las horas de una madrugada
con recuerdos de tiempos que fueron
secuencias de lo que no podrá ya ser.
Atisbo esperanzas en el paso del tiempo
con su ciclo infinito de vueltas y vueltas,
dos agujas bailando su eterno caminar
minutos silenciosos que observo pasar.
La oscuridad se acrecienta a mi al rededor,
señal de que el alba aun esta muy lejos,
reflejo de una soledad cansina y gris.
Saboreo las horas cercanas al nuevo día,
un nuevo día mas que nada nuevo trae.
Sensación de incertidumbre como niebla
que envuelve las orillas de un riacho
que corre entre montones de basura,
bordeado por la espantosa miseria de miles
anegados por la pobreza y por el agua.
Con el olor de la podredumbre humana
emanando desde su lecho hasta la superficie,
las miserias que se reflejan en las turbias aguas
no marcan mas que la decadencia patente
de una sociedad que tiene mal olor y mata.

miércoles

La Casa


La casa está solitaria y deshabitada,
los ecos que hacen los pasos que doy
desaparecen lentamente dando lugar
a un renovado y casi audible silencio.
Mi mirada no llega a todos los rincones,
una soledad aplastante impregna el aire
y con un aroma dulzón dificulta respirar,
como si un agradable veneno se metiera
Y lentamente embotara los sentidos.
Las persianas bajas y las cortinas cerradas
impiden la intromisión de toda posible luz,
Una quietud solo rota por mi inseguro andar.
Laberintos inexplorados del sentir somos,
puertas cerradas a cal y canto de misterios;
Amores y odios por igual en nuestro interior,
a veces mezclados en un mismo y confuso cofre.
Frases inconexas que esperan quien las encuentre,
una maraña de mentiras y confusiones atroces,
certeza de que no siempre sabemos que hacer.
Un corazón que fue roto puede volver a latir,
algunas respuestas que busco no están al final,
más no tengo tiempo ni más opción que viajar,
Al fin del viaje un recuerdo y un retrato que llevar.

lunes

El Cementerio

Cementerio Británico (Chacarita)

Recorriendo un conocido cementerio una tarde,
sin saber a donde mis pies me pueden llevar,
Un boleto sin un destino decidido de antemano.
Aprovechando el buen tiempo comienzo a andar,
rebusques de un viaje sin itinerario marcado,
solo el irresistible impulso de caminar más.
Los árboles, los pájaros, los muros y las calles
son joyas perdidas en un eterno y vacío andar.
Recorro con la vista los espacios desiertos,
las imponencias del mármol y el cobre,
la ciudad de los ostentosos mausoleos,
los sencillos arreglos florales y alguna ofrenda
junto a una lapida derruida por el paso del tiempo.
Un sendero trazado en la tierra para el paso
de los furtivos visitantes que van por ahí como yo
y marcan por donde se puede pasear sin molestar
el descanso de los inquilinos de tan particular hogar.
Imágenes y retratos de tantos que ya pasaron
el umbral de la muerte y ya no han de volver.
Y me voy lejos de la vista de todos los demás,
trazo mi paseo solitario por calles silenciosas
sin ser perturbado más que por el viento.
Me voy de ahí con la certeza de que por un día más
fui solo un furtivo y pasajero visitante
y que aun no llega el día en que será mi hogar.

sábado

Nocturnos paseos


La noche me inspira con su magia,
recorro y sorbo los sabores que me regala,
la inspiración viene a visitarme
cuando todas las luces se apagan.
Recorro el filo acerado de las horas
que pasan indiferentes a mi dicha o mi dolor,
colecciono fotos y recuerdos varios,
recortes de un diario de un día que pasó.
La musa es caprichosa y no se deja ver
mas que cuando todos se fueron a dormir,
oigo sus pasos acercarse y cierro los ojos.
La memoria como bodega de un galpón vacío,
las ansias de un nuevo día que va a llegar
devoran todos mis pensamientos y deseos.
El viento me golpea en la cara al caminar
y siento el frío crujir de las hojas en el suelo,
horrible sensación de desasosiego me invade.
La certeza de saber que no hay donde dormir por hoy,
devoro con ansiedad hasta mi último aliento,
voy desaliñado, mal dormido y macilento.
Los días vienen y van y se llevan mi esperanza
y me dejo llevar a un país que no esta en ningún lugar
donde los días no pasan y el tiempo esta quieto.
Me levanto en estado somnoliento y miro el amanecer,
camino por las calles vacías hasta la estación del tren,
ya no hay escape posible, ya no hay a donde ir.
Una sensación que me oprime el pecho
y me obliga a sin rumbo por las calles vagar.

Lo perecedero


La noche se cierra sobre el cielo,
la luz abandona el firmamento
y una oscuridad envolvente
nos invita a navegar sus misterios.
¿Que guardan en su seno las profundidades
de una noche otoñal sin estrellas?
Canciones olvidadas de antaño
se cantan en las barras de los bares,
sin sabores cotidianos que nos amargan
como una gris tarde de fría lluvia
con las hojas caídas de pasadas primaveras
y las flores que recuerdan algún ser querido.
Los años pasan y corroen los recuerdos
como las arenas de playas lejanas
en donde solo se escucha el mar impasible.
La mente cansada busca refugio en el alcohol
y al no precavido los hados etílicos le nublan la mente.
Mas ya no hay a donde ir de madrugada
cuando el insomnio me apresa cual telaraña.
Intento pasar el tiempo que me queda con ánimo
tratando de no caer en la desesperación del cobarde.
Miro al cielo y me pierdo en su infinita negrura,
tan frágiles y tan insignificantes como hojas secas
resultamos todos los que ahora vivimos.
Las aguas del tiempo se llevan todo a su paso,
también nos va a llegar la hora de que nos lleven,
las cartas de esta mano ya se jugaron
Y no tengo intenciones de volver a jugar.
Las ventanas de las casas están cerradas para mí
como las puertas de un antiguo y lejano paraíso,
cerradas a mi paso ahora y para siempre