viernes

La tormenta mas grande aun esta por venir


La confusión se apodera de mi mente,
intento buscar la manera de salir adelante
y dejar de lado esa molesta sensación
de estar caminando continuamente en círculos
sin poder salir del estancamiento actual.
Me juego la suerte en un par de movimientos,
pero cuando miro al rededor me percato,
no sin una cierta dosis de irónica malicia,
que estoy parado nuevamente en el mismo lugar.
Tratando de no andar a ciegas me veo obligado
a tener que cerrar mis ojos para poder ver mejor,
tanteando en esa oscura masa de cerrada noche,
olfateando la tormenta que se avecina inexorable
y repartiendo los escasos bienes que me quedan.
Espantado de siempre caer en las mismas trampas,
odiando descubrir las mismas debilidades otra vez
y deseo despojarme de todo lo que estorba en mi,
deseo de liberar esa potencialidad frustrada,
esa apatía frustrante frente a lo que me rodea
y poder dar pasos seguros fuera de la rutina diaria,
esa que me anquilosa lentamente en la mediocridad.
Miro lentamente el paisaje que se abre ante mi
y reconozco las mismas caras pero diferentes,
personas que se van y vuelven en otras formas,
discusiones en mis vigilias solitarias con mi pasado
y pocas ganas de construir nuevamente todo.
Se consumen lentamente las horas y el día muere,
nuevamente la incertidumbre se apodera de mi alma,
otra vez la barca de mi cuerpo en medio de la marea,
esperando zozobrar de un momento en esta noche,
una larga jornada acaba de terminar y aun así,
no creo que pueda dormir en la hora adecuada.