miércoles

Calles correntinas


Gorriones vuelan en las plazas,
la ciudad respira su rutina diaria.
Los vendedores en la peatonal
y los paseantes que me miran
mientras camino y pienso en soledad,
barrios y calles nuevos para ver
y un inexplicable sentimiento
de haber vuelto a épocas remotas
pero con tecnología del día de hoy.
El viejo almacén con Internet.
Me siento a la orilla del río y pienso
en todo lo que me queda por hacer.
Las aguas corren impasibles ante mi
y mis zapatos dejan huellas en la arena.
Botellas y basura flotan a la deriva
y cerca se ve el puente que va a Chaco.
Sigo caminando por estas calles viejas
y conociendo el barrio que me toco en suerte.
Tal vez, después de todo, el consuelo no sea la muerte.