viernes

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El panorama ha cambiado realmente poco,
el mundo sigue siendo lo que siempre fue
y la gente que lo habita cambia muy lentamente.
Las buenas noticias caen en cuentagotas
mientras que la humanidad se revuelca
en viejas y archiconocidas infamias clásicas.
No ando teniendo muchas esperanzas guardadas
para un posible mejor futuro de la humanidad
ni me hago ilusiones acerca de mejorar yo,
simplemente arrastro mi existencia inútil
tratando de pasar inadvertido a las autoridades
que desde tiempos inmemoriales dictan el bien
y se encargan de eliminar y castigar el mal.
Una jornada más de no tener a donde poder ir
y sin proyectos que le den sentido a la espera
de supuestos y plausibles tiempos mejores.
Se borran de poco los trazos de las viejas calles
en las que por tantos años me gustaba pasear,
todo va desapareciendo lenta pero inexorablemente.
El mundo sigue siendo un lugar extraordinario,
aun con sus miserias y con sus lugares tétricos,
aun con su museo de horrores y bajezas humanas.
No me van quedando más que unos pocos trazos
de la vieja vida que un dia pude llegar a llevar
y de la tristeza inicial ya solo queda un dolor tenue
que simplemente me recuerda que alguna vez
es dolor se hizo presente de manera más intensa,
que el sentimiento de perdida por grande que sea
en algun momento tarde o temprano deja de doler.