queda ese sabor tan particular
que es la marca que deja tu estela.
Me quedan pocas cosas por decir
y el tiempo se muestra implacable
frente a esa indecisión perpetua
en la que olvidarte es una película
en la que los actores olvidan siempre
que el papel que ellos representan
no es sino un texto escrito por otros.
Las garras del olvido siempre tienen
un olvido selectivo a la hora de romper
la caja de cristal en la que guardo siempre
las memorias del tiempo que compartimos.
Brevedades de la vida en la que respiramos
el violento sacudir de realidades distintas.
Las variantes epopeyas de una tragedia
en la que los dioses y los grandes héroes
salen a la palestra de una manera descarnada
y donde la mirada famélica de los olvidados
busca el sentido de una serie de eventos
que hacen a la desgracia de haber nacido
en una tierra en la que la injusticia reina.
La mayor de las injusticias es esta extrañeza
que siento al saber que el puente ya no esta
y que no hay vuelta a las cosas que deje atrás
cuando la tierra del olvido me abrió los brazos
y me hizo cruzar el umbral de tan temidos lares.
El tiempo curara estas heridas y otra vez
estaré hablando con el tono neutral de siempre.
No es cuestión de olvidar en un sentido literal
sino mas bien de crear un recuerdo mas ameno.
