viernes

Descendiendo por la espiral de nostalgia que cada tanto se adueña de mi.

El tiempo es implacable con lo que queda
de las ilusiones que supe guardar una vez,
se corroen y se desgastan los recuerdos
y se hacen borrosas las sonrisas de ayer.
Me duelen las heridas que no se cierran
y los asuntos pendientes que me persiguen,
en noches interminables de duro insomnio
y lagrimas amargas por amigos que ya no están.
El esfuerzo por sonreír cuesta cada vez más
y los afilados recuerdos me hieren la piel
mientras miro a mi alrededor y encuentro
solo ruinas y desolación, roturas irremediables.
Una soledad que lentamente me envuelve
y me lleva lejos de todo lo que quise y amaba,
la cruel parodia de quien quise ser alguna vez
a través del cristal de los últimos fracasos.
Odiandome a mi mismo y a mi impotencia
a la hora de hacerme querer por los demás,
viendo con tristeza tu lejana figura en el horizonte
y sabiéndote tan lejana, fuera de mi alcance.

martes

Un trabajo que no parece tener fin y una sonrisa al vacío de una pantalla electrónica.

El mundo cambia vertiginosamente
y en medio de la vorágine sangrienta,
la confusión se apodera de mi cabeza
y me descoloca nublando mis sentidos.
Estando en una suspensión voluntaria
sin tener demasiadas opciones para escapar
y viendo como se derrumban mis vínculos
en una ola de reproches y cuentas pendientes.
Escucho mi propia voz en un lugar lejano
y siento el frío que carcome lentamente
los pocos despojos de lo que alguna vez
fue el órgano que latía en mi pecho.
Saliendo lentamente de un letargo triste,
ensimismado y triste veo nuestras fotos,
las que guarde en un rincón de mi corazón
para verte aunque sea de esa precaria forma.
Para sentirte cercana a pesar de que te fuiste,
en suma, para seguirle hablando a quien quise
en un momento en el que era un forastero
en una tierra donde no tenía ningún arraigo
y una razón valida para recorrer las calles,
para pasear en los parques y las plazas correntinas,
en fin, un motivo por el cual pertenecer a este lugar.

viernes

Un dia mas en el alejamiento total de mi mismo y de todo lo que me importa en el mundo.

El aire nostálgico del día se hace sentir
en pequeños pero importantes detalles,
ciertas palabras y guiños del destino
que me llevan a sitios que me fueron gratos
y recuerdos de jornadas que se fueron
dejando una estela de autentica felicidad.
El sol entra por la ventana y me anima,
siento como el tiempo va limpiandome
y se va renovando el tablero del juego,
aparecen nuevas reglas y formas de ver
y un breve pero emotivo silencio es suficiente
para recordar que la vida sigue su curso
y que no se puede vivir de recuerdos oxidados.
Unas ganas de renovarme por dentro
y de salir a buscar nuevas aventuras afuera,
de salir de mi encierro interior y mostrarme
en el mundo tal como un dia lejano lo hice,
y de explorar una pequeña porción del mundo
haciendo las cosas que me gustan y disfruto,
dandome el tiempo para intentar ser feliz
y arriesgarlo todo en el juego de la amistad.
Un encierro distinto del que nos tiene a todos
es el que mi mente tiene que derribar primero,
un encierro simbólico dentro de mi mismo
que no me deja mostrarme a quienes me rodean
y me hace ver como un solitario empedernido
cuando en realidad al igual que todos los demás
soy una persona que necesita afecto y cariño.
El sol se va lentamente y cierro la ventana,
la noche se cierra sobre el mundo otra vez
y mis reflexiones me encuentran otra vez
pensando en una amiga que decidió alejarse,
la veo irse y guardo silencio, sabiendo muy bien
que la responsabilidad de que se vaya es solo mia.

lunes

Un año cargado de olvidos y una muerte simbólica que aun me duele...

El susurro del viento y la quietud de la tarde,
un día más que muere en silencio y se va,
se va dejando tras de sí un vaho de olvidos
que ya han sido escritos pero no sentidos
y que finalmente se hacen carne y realidad.
Sumatoria de situaciones incómodas para ambos
que en algún momento debía tener un final,
un desenlace que diera por finalizado el drama
y dejará su lugar a nuevas historias que armar,
con una trama más renovada y otros personajes
con otros sucesos que habrán de ser narrados.
Un frío me recorre la espina y el miedo me ciega
cuando pienso en el salto al vacío que implica
dejar tantas cosas y gente que quise en el pasado,
teniendo miedo de dejarlos y sabiendo muy bien
que no tengo otra alternativa que seguir así.
El dolor se va sanando lentamente y los días
se van encargando de poner cada cosa en su lugar,
una muerte diaria que en realidad es otra verdad.
Diariamente van muriendo los retazos del pasado
y no es algo tan malo en verdad, es renacer,
sabiendo cada día que pase dolerá un poco menos.
En fin, pasando el proceso de toda forma de cura,
en mi mismo tengo las herramientas para seguir.