Resulta ocioso decir mas cosas por acá,
elegí callar para evitar mas problemas
porque cuando uno es dueño de su silencio
no tiene que rendir cuentas a nadie mas.
Cometí errores evitables y fui ruin también,
herí a gente que no lo merecía y lo pagué...
en cierto sentido sigo pagando algunas deudas.
Despreciado no siempre de manera merecida
aunque muchas veces también sobrevalorado
fue el modo en que se dio mi andar por el mundo.
Un mundo en el que a pesar de todo lo hecho,
no encuentro un lugar al cual llamar mi hogar,
un frio penetrante en mis manos y la vista se nubla
porque siento dolor por quienes se fueron lejos,
porque soy un solitario que no sabe estar solo.
No hay ser sobre la faz de la tierra que me desprecie,
que sienta tanta repugnancia y asco de mi que yo.
Al fin y al cabo no es mi intención disculparme
porque las cosas hechas no se pueden deshacer,
soy perfectamente consciente de que hice mucho mal
y que no hay excusas o razones que mitiguen eso,
porque siempre supe lo que hacia y aun así lo hice.