jueves

Ultima despedida para Luz


La sangre que derrame regó la tierra,
las heridas que fui recibiendo me nutren
y me asimilan al paisaje que me rodea,
haciéndome uno con el entorno correntino.
Las penas alegrías pasadas atrás quedan,
mientras hago nuevas historias para contar
y dejo mis viejas ropas andrajosas en desuso,
mientras camino a ciegas por pasillos oscuros
y deletreo nuevos y mas interesantes nombres,
nombres de personas y de cosas que me rodean,
las historias de desencuentros con mi barrio,
ese barrio en el que quise y pude ir a vivir,
esas calles que tantas veces me vieron ir y venir.
Habiendo muerto en vida y volviendo a nacer,
naciendo una y otra vez y latiendo mi vida.
Dejo trozos de mi en cada nueva despedida,
despedidas pronunciadas y despedidas vividas,
despedirme en silencio de tantas personas queridas,
casi corriéndome al costado mientras sigue la vida.
Corriendo y perdiendo una carrera contra el reloj,
salvando las distancias contra una pared hueca,
tan hueca como ciertas ilusiones que albergue.
Las heridas y los girones de mi carne sangrante
se hicieron raíces en esta nueva tierra correntina,
mis pies ya se habituaron a no pisar ya mas,
los lugares conocidos de lo que fueron mis pagos,
ya no espero oír en las tardes los llamados a ensayo,
no pretendo ya encontrar un regalo en la mesada
o una comida preparada para paliar el mal pasar,
ya no espero ver que me escribas un mensaje
ni que ni siquiera me hables en el pasillo al pasar.
Ya nunca mas espero poder volver a verte,
cuando una visita fortuita podía alegrar días enteros.
Me quiero despedir, de la única forma en que puedo,
sin gran cartel, de manera discreta, casi en silencio,
quiero que antes de que te vayas de mi vida sepas
que siempre te quise y aun cuando me vaya ahora:
Te quiero como quise a muy pocas personas.