jueves

Campos de rosas en el vacío atemporal

Mis pies se plantan en tierra baldía,
en una encrucijada hacia el centro
de todas las existencias posibles
y entre miles de mundos concebibles.
Al final un campo de rosas inmenso,
de un rojo tan intenso que enceguece
y una atalaya que sube mas allá
de todo lo que pudiéramos imaginar.
la fetidez de la muerte invade todo
y sin embargo la vida se abre paso
también en estas tierras yermas,
la vida se abre paso de forma inequivoca
hasta en los dominios de la muerte misma
y nos invita a seguir sus derroteros
donde el tiempo sigue su marcha infinita.
corresponsales de una guerra que finaliza
en el punto donde apenas comienza
una batalla decisiva entre grandes fuerzas
y un plato vacío en espera de un comensal
que tardara en llegar toda una vida.
la linea del tiempo se vuelve laxa
y no sabemos si corre hacia adelante o atras
pero sigue inexorable su marcha hasta el final.
Fueron eones que pasaron en un suspiro
y un suspiro que perduro una eternidad
los que me llevaron por un camino solitario
desde las montañas hasta la orilla del mar.
un reino antiguo cayo en desgracia mientras,
y las luces se apagaron todas en la inmensidad.
Al final del viaje una rosa solitaria en un solar
que indicaba el punto donde volver a comenzar.