martes

Últimamente me cuesta mucho escribir


Tiempo de cerrar ciertas puertas con llave
y volver a los caminos transitados por años,
desapareciendo lentamente de donde solía estar
y volviendo construir a partir de lo recuperado.
Han pasado demasiados años desde la ultima vez
que pude hacer lo que realmente amo y disfruto,
mucho tiempo escondido bajo la tierra húmeda,
esperando el momento indicado para poder salir.
Tanto tiempo ha pasado que ahora me paralizo
y no entiendo muy bien que movimientos hacer,
un letargo tan largo deja sus huellas en mi ser.
Así que finalmente me siento un hombre roto,
y no creo que esta vez pueda tener arreglo,
pero eso poco importa porque no se trata de eso
sino de seguir caminando aunque las heridas duelan.
El mundo sigue su camino indiferente a quien cae,
sin mostrar consideración alguna para con la debilidad,
el fracaso, la duda o el mero hecho de temer,
no hay espacio para el dolor o la misericordia hoy,
no hay lugar para frases hechas ni para diplomacia,
lo mejor es poder vivir para contar cada día de vida,
sin confiar en ninguna persona salvo en uno mismo
y evitar ante todo abrir el corazón a ninguna persona
si uno no quiere salir mas herido de lo conveniente.
Después de todo nadie es digno de ese honor
y no hay en la tierra quien valore esa clase de cosas.