martes

Apuntes intrascendentes sobre asuntos de importancia moderada.

Retengo pocas cosas en la memoria últimamente,
pocas cosas que merezcan ser mencionadas
o escritas en las páginas de un probable libro
que cuente las cosas buenas y malas de mi vida.
No hay grandes sucesos que adornen las historias
de este largo capítulo de quietud obligatoria
ni lazos más allá de los familiares que reconocer.
Encerrado sin más esperanzas en un futuro
que siempre se me presenta esquivo y difícil.
Pocas cosas me animan realmente en estos días
y las alegrías genuinas son cosa de un pasado
que aun no siendo perfecto ya se ve tan lejano,
que apenas puedo distinguir sus contornos reales.
Lamentablemente perdí la dirección a seguir
y no estoy encontrando la manera de retornar
al camino menos erróneo de todos cuantos tome,
mareado y sin mas recursos que los de la retórica
me veo obligado a sobrellevar ciertas ausencias
que hacen que la piel me arda en mil heridas
que todavía al día de hoy dejan su patente huella.
Largas caminatas para ser olvidadas y paseos
por una ciudad entonces bastante nueva para mi,
arquitectura de un derrumbe tal vez anunciado.
Sigo viendo las trazas de tus palabras y tus gestos
en charlas de las que tuve la suerte de participar
y una huella imborrable en el breve tiempo
en el que me contabas entre la gente que aprecias.
Un recuerdo que pone un poco de luz adicional
en días tan aciagos e inciertos, un recoveco de calor.