miércoles

Nuevas buenas y no tan buenas ni nuevas

Brilla el dolor de tantas ausencias,
los cigarrillos apagados atestiguan
que los festejos acaban de terminar.
Las voces en mi cabeza me hablan
de amores perdidos en las brumas
de un tortuoso y oscuro amanecer.
Pasan los viandantes por las calles, 
indiferentes a las dudas de la noche,
que se estremece entre insomnios
y vasos de vinos baratos a granel.
Un día nublado recibe las gotas
de una lluvia omnipresente
que deja colar sus lagrimas celestes
en el frío cemento de la gran urbe.
Fuegos fatuos de la civilización
cotejan el cotillón de un día mas
de esta extraña rutina de esclavos
y esas farsas consagradas de publico
que son las normas sociales ordinarias.
Baste por hoy esto que acabo de decir, 
la muerte me acecha en cada intervalo
y no me puedo ir sin una palabra decir:
Adiós!!!