Ondulaciones imperceptibles
que anidan en mis sentimientos,
expresiones de miedos ancestrales
y de otros mas o menos nuevos.
Sensaciones encontradas al mirar,
ese arte tan fino y sutil en que pocos
tienen la maestría necesaria en realidad.
Saberme perdido y muy desorientado
puede ser el disparador para recordar
que no toda la gente errante esta perdida
y que no todo lo que reluce tiene valor.
Hipocresías tributarias de una vieja tradición,
y mentiras colectivas aceptadas y oficiales
que hacen a las delicias de la muchedumbre.
Ambiente hostil y ferocidades cobardes
en medio de un manjar de palabras impronunciables,
dictadas por el deseo de solo marcar diferencia.
Eternos navegantes de ínsulas desiertas
en las que anida el decaimiento enfermizo
y la cruel y siempre fría indiferencia diaria.
Aguas residuales y nauseabundos efluvios
en medio de un sangriento carnaval descarnado
de obscenidades controladas a distancia segura
y radiografías de almas enquistadas y apagadas.
Nuevamente pronunciando palabras olvidadas
que en el silente ambiente opresivo en el que vivo,
le dan aire a la existencia que me toca atravesar.
