miércoles

Paraiso Inexistente y el eterno retorno


La negrura de la noche me invita
a que me interne por callejones
y por los rincones mas sórdidos
en búsqueda de nuevas experiencias
para un alma errabunda y solitaria.
Las frías horas que me separan del día
son la mejor ocasión para desplegar
andanzas que creía terminadas ayer
y volver a recorrer la incertidumbre
de no saber donde termina la realidad.
Una realidad frágil y esquiva que ya
se retira con el sueño de los sensatos
y deja la noche para los viajeros solitarios
que buscamos en las letras y las melodías
el remedio para tantos males propios y ajenos.
La cordura no es invitada para entrar
en esos teatros mágicos donde la vida
es una mezcla de muerte en vida y eternidad.
Un mundo de espejos distorsionados
donde nada se asemeja a ninguna otra cosa
y donde nada es diferente del resto de la existencia.
En suma, un mundo hecho para no escapar nunca
porque escapar significa volver al principio otra vez.