lunes

La empresa del olvido y regularidades fiscales


El sueño se terminó y las ilusiones se fueron,
la cruda realidad me despertó nuevamente
con la certeza de continuar mi solitario andar.
Calles silenciosas y canciones llenas de nostalgia
en una maratón de lagrimas desperdiciadas
y las imágenes de la decadencia de una herida
en un corazón que no había terminado de sanar.
Las cosas se salieron de control una vez más,
bajé la guardia por un segundo y me volví a enamorar,
probé el sabor de los labios de alguien más,
y la dicha de caminar junto a alguien a quien amar
y poder decir esas cosas que nunca me animo a decir.
La madrugada cruel me recuerda que eso no vuelve,
que solo me quedan los recuerdos y la apatía,
el insomnio y las lagrimas de mis ojos lastimados,
la rabia contenida y las palabras que no pude decir,
la frustración de saber que otra vez voy a transitar
la larga y agónica ruta del eterno y difícil olvido.
Cierro los ojos, pienso tu nombre por ultima vez,
beso tu frente mentalmente y te dedico mi olvido.