sábado

Inciertas tardes del oeste


Las horas del día se escapan ante mi,
corren como las presas temerosas
que huyen de un implacable cazador.
Horas iguales y días iguales en mi mente,
como gotas de agua que caen continuamente.
Los pájaros pasan volando y no se detienen,
ruidos cotidianos de coches y de la gente,
el sol se esconde y da paso a la incertidumbre.
Camino despacio y mido mis pasos cansados,
la noche se acerca y con ella crece mi miedo.
No tuve nada que perder ni que extrañar
pero esta noche puede cambiarlo todo.
Cruzo los dedos y me miro en el espejo,
un reflejo empañado que no oculta mi temor,
recuerdos de canciones y de botellas vacías,
el amor golpeo a la puerta y golpeo mis costillas,
fumo un cigarrillo inquieto y me imagino tu cara,
esa cara que se grabo en mi mente de una sola vez.
Espero que las cosas salgan bien también por hoy.

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