Salve al mundo... Salvelo de nosotros!!!

De noches oscuras y tradiciones muertas,
la dulce piedad del olvido envuelve todo
como el dulce y mortuorio vano consuelo.
calles arquetipicas y sueños olvidados ya,
papeles arrugados en rincones oscuros,
cartas echadas a una suerte siempre esquiva
y la luna se pasea por los rincones sórdidos
de una ciudad para siempre ya perdida.
barrios que se estremecen de frío en la noche,
la insignificancia de las grandes cosas hechas
se cierne sobre los edificios adormecidos
y las calles dormidas saludan al solitario
que camina solo con las estrellas como guías.
la muerte lenta cotidiana de las cosas
y la facilidad con que cae el olvido en toda obra
hacen su ruidosa entrada en el escenario vacío.
finalmente no somos mas que granos de arena
en esa playa inmensa que es el cosmos insondable,
una mancha en una pared que nos es ajena
un punto solitario en la linea del infinito.