y
la herida de mi desilusión
le
duele a mi frágil corazón.
Las
cartas ya están jugadas
y nuevamente me toco perder
Delicias
mundanas y vacías
no
llenan mi hueco existencial
ni
calman mi inquietud innata
que
se apodera de mi cuando
todos
ya se fueron a dormir.
Excelsa manera de torturar
a
mi agotada y cansada mirada
con
fotos de lugares lejanos ya
y
de quienes de mi ya se olvidaron
en
la amarga soledad de mi derrota.
Me
debato en noches insomnes
y
tiro una moneda al aire otra vez
viendo
como mi suerte me falla
cada
vez que con ella quiero hablar.
Recibo
golpes mas duros y crueles
de
los que mi pobre coraza aguanta.
Un
insomnio que no se va con pastillas
y
un dolor que la terapia no puede curar,
una
existencia carente de motivaciones
y
una llaga que no para de sangrar.
Le
doy a mis palabras un sentido profundo
y trato de dormir no pensando mas en ella
¿Llegara el día en que pueda remitir mi dolor?
¿Hay esperanza al final del camino para mi?
¿Hay esperanza al final del camino para mi?
¿Podre algún día olvidar su rostro al fin?
Pase noches enteras preguntándome eso
y
la respuesta otra vez no se quiso presentar,
por milésima noche consecutiva: preguntare.
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