sábado
Sentimientos que estorban
jueves
Esbozos de una vieja carta
domingo
Nuevamente en el pantano de mis propios errores
martes
Tarde para remediar el error, pero al menos que quede por escrito que lo vi.
ese corrosivo acido que carcome todo
y aleja de mi la visión de tiempos mejores.
Esa vana esperanza de poder olvidar todo
y con un cuaderno en blanco empezar
a construirme a mi mismo desde cero,
dejando atrás la desdicha de mi fracaso.
Olvidar no es un don que me haya sido dado,
una anestesia cara y difícil de conseguir,
un vano ejercicio de una memoria tan apegada
a recuerdos que se niegan a morir en paz
y dejar espacio para las cosas que vendrán mañana.
Girando con parsimonia en la oscuridad cerrada
y pensando maneras de escapar de mi zona de dolor,
de salir del circulo vicioso de autoflagelación,
de atormentarme noches enteras pensando en errores
que supe siempre como evitar y no lo hice,
atenciones a detalles que quise pasar por alto,
por no enfrentarme a la realidad de lo que sentía,
por no poder llamar por su nombre al sentimiento
que al pensar en tu nombre afloraba en mi corazón,
por no hacerme cargo de que eras mucho mas para mi
de lo que jamás pude llegarte a expresar cara a cara.
El largo proceso de olvidar esos paseos al centro comercial y tu compañía, querida amiga del litoral.
en medio de melancolías apenas escondidas
que dejan entrever que esa dicha de antaño
es un recuerdo borroso de caminatas perdidas,
de paseos a lugares a los que ya no volveré.
Helado por dentro mientas el sol me quema
y las heridas de la perdida de un ser amado
se hacen llagas y sangran de forma visible.
Porque el recuerdo ese punto de encuentro
en el que solías estar esperándome siempre
para iniciar nuestras charlas y caminar la ciudad,
ese viejo punto de encuentro ahora ya vacío
donde tantas veces nuestras manos se estrecharon.
No pude abrazarte la cantidad de veces que quise
ni pude decirte ni la mitad de lo que tu amistad
valía para alguien errante y solitario como yo.
Me quede con palabras sin poder decírtelas
y con un sentimiento de perdida cuando saliste
del circulo de personas de mi vida cotidiana.
Una amargura que se siente en lo mas hondo
de un corazón que guarda en secreto tu rostro,
el rostro que aun hoy asocio a días mas felices.
Ese afecto que al día de hoy te sigo guardando
aunque no pueda hablarte ni quieras que lo haga.
jueves
Promesas de un retorno a tierras lejanas y un faro que muestra el camino
La vida tiene sus misterios, en la lejanía
brilla un astro que no sabe ver su propia luz,
un alma al que la pena le ha roto su corazón
y fueron tantas veces que creyó que la apagaron.
Sus heridas se cuentan y ellas son historias
de desamores, de gente dañina en su vida,
de frustraciones en el esquivo y cruel amor.
Sus ojos denotan una tristeza profunda
y sus lagrimas brotaron por largos años.
Ella es aun incapaz de ver la luz que emana
del centro de su ser, no sabe de su propio brillo
y de la fuerza que anida en lo mas profundo de su ser,
ella espera que alguien la salve y no se da cuenta,
de que ella es su piedra de salvación y alegría,
de que no necesita a nadie mas para ser feliz.
La contemplo en la lejanía y ya me ilumina ,
la admiraba en silencio y ahora ella esta en mi vida.
Ella es fuerte y ella tiene la capacidad de salir adelante
y tiene la bondad de ponerme en su vida y hablarme,
de sacarme de mi letargo y hacerme salir al sol.
Pocas palabras para describir esa sensación
y mucho pero mucho para contarle cuando la vida
tenga la amabilidad de plantarnos cara a cara
en un abrazo que espero nunca se termine.
Buscar y destruir
Las ventajas y las desventajas están,
el tablero está dispuesto para el juego
y ninguna pieza desentona con el mismo.
La única regla válida es buscar y destruir
hasta que el enemigo en frente sea silenciado,
usar todas las armas para aplastar al rival
y volver a la calma una vez terminado todo.
No existen móviles ni razones para ello,
se trata de un juego macabro y ancestral
cuyo desarrollo se da frente a los ojos de todos.
Buscar y destruir como lema y como consigna,
sociedad suicida con una bomba en la espalda
y con la única chance de ganar explotandola.
Expresión del tiempo de desconcierto que nos toca,
del sin sentido de los valores éticos y morales,
donde hasta los mas intachables de los mortales
tienen muertos en su haber en nombre de un ideal,
convicciones humanas o creencias ultraterrenales,
de ideales de progreso o pensamientos de reacción,
todos tienen en su mente la consigna ante dicha
y la cumplen sin faltar a su impulso primario.
La historia de la humanidad se nutre de la sabia
de batallas sangrientas interminables y guerras
y, tonto y vano sería pensar que alguna vez cambie.
Buscar y destruir es modo de vida sin importar quien,
sin importar quien sea el enemigo de turno,
sin importar la causa por la que se pelea y muere,
sin importar las convicciones volubles de las masas
que siguen hoy a un líder y mañana lo decapitan,
sin que importen los ríos de tinta que se registran
contando la historia de hombres y mujeres
que en el fondo son una mota de polvo insignificante
flotando en un universo que desde hace eones
ignora completamente su absoluta existencia.
Los edificios caen, las ideas se pervierten y pudren,
las banderas se mancillan y ensucian sin falta,
las civilizaciones mueren y se pierden en el tiempo
y los tambores de la guerra son lo único permanente,
sin importar causas o fundamentos de ninguna guerra,
la maquinaria sigue su marcha sin preocuparse de eso,
al fin y al cabo lo que se dice hoy cambia mañana
y quien está vivo muere y cae en el olvido,
tarde o temprano todo termina en negrura y silencio.
lunes
Mi relacion esquiva con el mundo y la certeza de mi caducidad al final.
domingo
La sangre de una herida profunda que no me deja dormir.
Añadir título |
la indolencia aparece más allá de perderlo todo
y sobrevivirme cada vez que por casualidad te cruzo
teniendo que fingir a duras penas que nunca te vi.
Pasar las mismas calles en estado de semi trance,
con la sensación de que al mundo le sobra alguien
y el talonario con el numero ganador esta en mi mano.
Recorriendo los monstruos propios y ajenos,
me siento en la vereda a esperar ver salir el sol.
Se cierran las puertas en mi larga caminata
mientras las personas en las que alguna vez confie
me dan la espalda y me dejan tirado en el suelo,
el sabor amargo de la perdida de seres queridos
me duele en la piel y en la boca del estomago,
toma la forma de llagas en la piel y desgano.
La que en otro tiempo fue mi hermana de sangre
hoy se volvió una extraña que me detesta
y me aleja de la personita que mas quiero,
con un cinismo despreciable y una total desmemoria,
es hora de curar en silencio nuevas heridas
y salir a caminar para no morir asfixiado por el odio,
sentimiento tal vez inadecuado pero genuino
que nace dentro mio frente a la injusticia que veo.
Una tarde de domingo y un mensaje final.
viernes
Descendiendo por la espiral de nostalgia que cada tanto se adueña de mi.
martes
Un trabajo que no parece tener fin y una sonrisa al vacío de una pantalla electrónica.
viernes
Un dia mas en el alejamiento total de mi mismo y de todo lo que me importa en el mundo.
lunes
Un año cargado de olvidos y una muerte simbólica que aun me duele...
domingo
Día sin novedades
martes
Apuntes intrascendentes sobre asuntos de importancia moderada.
viernes
No hay título disponible, por lo tanto se dejará este espacio vacío.
lunes
Unas palabras para alguien que no las va a leer
viernes
Introducción a contradicciones mayores de las que creía poder manejar.
El tiempo se escapa lentamente entre rutinas oxidadas,
se va como granos de arena de una playa olvidada
en las costas de memorias lejanas y difíciles de alcanzar
para un viajero solitario que solo lleva las ausencias
de las personas que alguna vez fueron una parte de su vida.
Acurrucándose en rincones sórdidos a la espera de que la lluvia
deje de caer sobre los agrisados terrenos baldíos de su corazón
y esperando pacientemente que las horas de sol vuelvan pronto.
Una sensación de desasosiego y una punzada en el interior
de una coraza que proeje solo por la parte exterior del cuerpo
pero que no tienen nada que hacer por las heridas internas.
La soledad es buena si viene acompañada de amistades también,
como único alimento deja cicatrices y huellas que sangran
cada vez que paso frente a un lugar concurrido por ambos,
lo que sucede mas a menudo de lo que acaso desearía,
el desahogo de unas cuantas palabras dichas al azar no cura
la herida profunda que tu prolongada ausencia empieza a causar.
Entre tanto tiro por la borda todo intento de volver a acercarme,
aunque una parte considerable de mi mismo lucha en contra
y se resiste a aceptar la amarga verdad de tu pronta partida.
Me quedan unas notas garrapateadas en un papel blanco,
una lista de las cosas buenas que yo parecía poder tener,
unas pocas fotos que tuve la oportunidad de tomarnos juntos
y una raigambre de caminatas y relatos compartidos y disfrutados
cuando la tarde correntina me invitaba mas a quedarme en casa.
El dolor me carcome pero aun así te dejo ir
para no convertirme en lo que nunca jamas quisiera llegar a ser.
lunes
Es poco lo que queda por decir, nada importante ya.
domingo
Una pregunta que no puedo responder y una despedida que no pude hacer en persona. (VDB)
viernes
Memorias selectivas y olvidos requeridos
domingo
Buscando hogar.
escribo estas palabras para quién tenga a bien leerlas,
con la incierta esperanza de que lleguen a manos de alguien.
Pocas cosas son las que sobrevivieron hasta el final,
luego todo fue oscuridad y silencio.
Perdido el rumbo y fuera de todo punto de referencia
para poder emprender el regreso,
dejo pasar lo que parecen ser días o tal vez meses enteros,
todo es tan extraño y la vida es inexistente a mi al rededor.
Giro sin rumbo en una cápsula de metal en el cielo inconmensurable
dónde las estrellas brillan sin un motivo inteligible
o un propósito que yo pueda atribuirles.
Un punto diminuto en medio de la negrura infinita del espacio,
voy sin un rumbo que seguir y esperando que llegue mi final,
un ápice de esperanza no se deja ver entre tanto rastro de muerte,
el sol ya es sólo un punto lejano entre otros astros
y el frío se va adueñando del paisaje que me rodea allá afuera.
Un gélido planeta alejado del resto del sistema solar
que gira solitario y obscuro,
su superficie árida y hostil es probablemente el lugar
en el que mi larga travesía llegue a su esperado final.
Un hogar para un vagabundo sin rumbo en el cosmos,
un punto al cual poder llamar mi patria y al cual poder pertenecer.
viernes
En honor a la fecha, unas pocas palabras.
Bitácora de un barco hundido en espera de alguna lectura ocasional
un sol pálido que lucha por sobrepasar la capa gris y húmeda
de unas nubes que derraman lluvia sobre la tierra cansada.
Una mañana de otoño y yo nuevamente miro por la ventana,
buscando algún alivio para viejas heridas no curadas.
La verdad es esquiva y no se deja ver muy habitualmente,
una melodía que se siente pero no termina de oírse.
Pienso en la forma de aproximarme a viejos recuerdos
que me den una pista clara sobre su paradero
y recuerdo que siempre fue más bien un espejismo,
que tal cómo en la seca cinta de negro asfalto
finge ser el oasis que me salvará en el desierto.
Aburrido de todo y de todas las personas existentes,
vivo encerrado en mi mismo y matando las horas,
buscando algún pretexto que le dé sentido a respirar,
alguna buena mentira que me impulse a seguir con vida,
mientras la rutina y la soledad me asfixian y me quiebran,
dejando apenas un despojo de quién en realidad puedo ser.
Viejas calles de lugares conocidos no me ven pasar,
amistad con el olvido que me fue impuesto por necesidad
y una sombra triste me sigue
por donde quiera que vaya,
esperando para manifestarse cuando menos lo deseo,
obligándome a partir sin poder mirar atrás
y llevando en las manos lo poco que pude cargar
antes de que la noche con su velo de misterio se cierre sobre mí.
¿A quién le escribo cuando ya no queda nadie que me lea?
¿ con quién comparto este tiempo invertido en estas palabras,
cuando ya no queda a quien pueda interesarle leer esto?
Una duda que no me impide seguir dibujando el mapa de un nuevo comienzo,
a la espera de que salga a la luz mi olvidado decir,
que alguna vez mis palabras volverán a nacer a través de la voz de un perfecto y total desconocido.
miércoles
Nuevas formas de arruinar la dicha de tener que vivir conmigo mismo.
de tantas penas pasadas por gente que ya me olvidó,
de personas que por diversos motivos eligieron alejarse
para ya más nunca volver a mirar el sitio dónde estoy.
A esta altura de la vida y un par de años de perspectiva
me dieron parte de la clave de todo este intrincado asunto.
Escribo porqué se que no hay escapatoria a la propia conciencia,
al examen interno que cada uno hace de sí mismo.
No hay negociación posible cuando el verdugo es uno,
y sabe perfectamente que todo argumento es vano frente a su implacable veredicto.
Cambié de todo un poco en el transcurso de mi vida
y avance y retrocedí de manera bastante alternada,
oscilando entre la euforia y la más profunda melancolía,
subiendo a la cima de lo sublime y cayendo en las mazmorras de la más cruel agonía.
Siempre tratando de no perder mi incierta identidad,
de no desaparecer en un mar de voces anónimas y discordantes.
Entré al laberinto de las inestables emociones humanas
sin tener una brújula y un norte demasiado preciso,
me sumergí en mi propia torpeza y caí estrepitosamente,
causando la risa de algunos parroquianos del bar.
Estaba escuchando música de viejas épocas
sin nadie a mi lado con quién intercambiar conceptos y
experimentar el gozo compartido que una buena melodía inspira.
Estaba escribiendo estas palabras sin lector que las reclame
y hundido en un pozo de intensa tristeza
viendo al horizonte sin encontrar nada de interés,
mirando cómo el sol escapa
y las flores mueren irrevocablemente,
dando paso al reinado silencioso de un nuevo otoño.
Teatralizando historias intrascendentes
y agobiando páginas en blanco con palabras que nadie va a leer jamás.
martes
Las desventajas de una cuarentena demasiado prolongada...
vuelve a abrirse en páginas ya conocidas por mí,
un descuido bastante habitual cuando recorro sus hojas arrugadas.
Veo estaciones de tren, paradas de colectivos,
veo la entrada a la estación del tren subterráneo
y las grandes avenidas del microcentro porteño.
Las idas y vueltas de la gente por avenida Santa Fe,
las siempre visitadas librerías de avenida Corrientes
y las interminables caminatas por Florida y Lavalle.
Caminando y saboreando el paisaje
antes de encaminarme a la estación de Retiro
Días soleados yendo y viniendo a El Palomar,
años de caminar sus calles ya conocidas,
y de frecuentar sus atardeceres, sus encantos y misterios,
de recorrer sus rincones más secretos y únicos.
Una pena se apoderaba de mi alma al evocar sus imágenes,
y las lágrimas brotaban al verme de pronto tan lejos.
Hoy en día ya acepté la distancia,
ya su memoria no es una situación dolorosa,
ya la nostalgia se transformó en una simple añoranza.
El peso de los años ya fue aligerandose, mitigando sus filos,
no tengo raíces a las que aferrarme,
ni gente a la cuál querer ni extrañar.
Me siento perdido entre gente extraña y hostil,
bombardeado de mensajes vacíos e imágenes huecas,
de falsas religiones y de esperanzas vanas
que no llevan a ninguna parte.
Me siento asqueado de mi mismo y de la humanidad,
flotando en lagos de fastuosa pomposidad,
obsecuentes y arrastrados por la mediocridad.
Una televisión dicta el nuevo evangelio según la paranoia
y sus predicadores son la nueva tendencia en redes.
Desmoronamiento y aburrimiento antes del suicidio,
lágrimas derramadas y puestas a secar en un mantel,
la última alegría tan lejos y la pena a flor de piel,
travesías al abasto y al parque centenario,
ecos de una felicidad pérdida hace tantos años,
tantos que ya no los puedo contar con exactitud.
Un nombre inconfesable ronda y quiere salir de mis labios,
una promesa por cumplir qué quedó en el tintero
y una puñalada sangrando en mi espalda,
delatando el río de sangre de una historia ambigua,
de amores y desamores aleatorios
y condimentos dignos de una mala y tenebrosa novela de terror.
Escapando una noche más a la tentadora fuente del delirio,
saboreo mi sangre reseca de viejas heridas
y cierro los ojos tratando de dormir.